Sabías, ¿que los prejuicios influyen y son la razón de la amplia brecha de género en ciencia, matemática e ingeniería? Sí, llevamos siglos construyendo el discurso de roles, asociando oficios y profesiones a partir del sexo. El informe de género de Pisa (OECD) encontró que el 50% de los padres aspiran a que sus hijos varones sigan una carrera en STEM, mientras que solo el 20% esperan que sus hijas lo hagan.
A todo ello, se le suma la falta de confianza de las mujeres en el desempeño de las matemáticas, temor infundado en el entorno familiar y social. Este mismo estudio indica, pese a que las niñas y adolescentes con las mejores notas, sienten que no son hábiles en esta asignatura y es constante el temor sobre la dificultad de esta clase. Contrario a ello, los niños y adolescentes hombres, quienes no necesariamente se destacan en esta materia se sienten en confianza. Por tal razón, cuatro veces más los hombres, desde temprana edad, se planteen seguir una carrera profesional de ingeniería o informática.
¿Es una locura? ¿por cuánto tiempo seguiremos validando estos prejuicios? ¿a caso quieres tomar acción? Pues, empecemos por nuestro entorno.
Si continuamos en la línea de tiempo en el acceso educativo y laboral de STEM, cada vez la brecha se hace más amplia y preocupante. Según el BID, las carreras que escogen las mujeres están asociadas al cuidado y menos al STEM, en consecuencia, la participación en posgrados es reducida, entonces, para este momento, la brecha es absurdamente extensa.
Y, ¿qué significa?
Que las investigaciones científicas y la tecnología heredan los sesgos, de seguir así, estaremos en una perpetuación de la desigualdad. Para ejemplificar, acá dos casos, indican como la falta de una paridad en STEM determina investigaciones y productos con una taxativa masculina.
“Un estudio descubrió que las ratas y los ratones no muestran su dolor ante investigadores hombres, pero sí lo hacen si la habitación está vacía o si hay una mujer en ella. Los investigadores lo identificaron como el efecto observador masculino. Los animales huelen a los hombres, huelen feromonas masculinas”. (WeForum 2018)
El segundo, los sesgos de género de Google; sí, la inteligencia artificial también aprende de los prejuicios y tiende a masculinizar la información. El traductor se destaca en ello.
Así podríamos extender el texto, para entender cómo se traslapa este margen en la toma de decisiones en el ámbito laboral, financiero, familiar y otros. Pero la intención de este texto, es indicar que esta brecha tiene un precio muy alto y es hora de dejarlo pagar. Solo sucederá, cuando nos involucremos para inspirar, brindar mentoría, romper con los estigmas de las matemáticas y facilitar el acceso a estas carreras STEM.
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